La manometría esofágica, mide las contracciones musculares rítmicas del esófago que se producen al tragar. También mide la fuerza y la coordinación que ejercen los músculos del esófago a medida que conducen los alimentos al estómago. De esta forma, se logra diagnosticar alteraciones que provocan síntomas como complicaciones para tragar alimentos, reflujo gastroesofágico, ardor estomacal, entre otros.
Se coloca una pequeña sonda flexible por vía nasal hasta el estómago, para que registre presiones a diferentes niveles.
Los datos en tiempo real y la información de análisis pueden ser vistos por un médico para fines de diagnóstico y análisis.
Lunes a jueves de 08:00 a 17:30
Viernes 08:00 a 16:30 hrs
Este estudio sirve para determinar en qué momentos del día se producen más reflujos, cuantificar el ácido de ellos y correlacionar los síntomas con la existencia de reflujo.
Por su parte, la impedanciometría esofágica, permite conocer la presencia, distribución, aclaramiento, composición y tipo del material refluido. Así, se diagnostica los síntomas habituales como acidez estomacal y la regurgitación, o más atípicos como dolor en el pecho, tos y ronquera.
¿En qué consiste el examen?
Se introduce por vía nasal una pequeña sonda, que debe quedar colocada a una altura predeterminada dentro de su esófago por un período de 24 horas, la que va asociada a un sistema de registro.
Es un examen no invasivo que se realiza para medir la cantidad de gas que produce un organismo, luego de haber ingerido algún hidrato de carbono como la lactosa, lactulosa, fructosa.
Este procedimiento mide la presencia de azúcar en el lumen intestinal, que se manifiesta por su mala absorción. Este problema se puede manifestar en hinchazón o distensión abdominal, exceso de gases, dolor abdominal, reflujo, acidez, diarrea o estreñimiento